Ruta cervantina

lengua

(10/12/2017) Camino por la calle Santiago (antigua calle del Campo), punto central de mi ciudad contada, de aquella villa que vio vivir a Cervantes y morir a Colón, y que hoy presume de ser centro del castellano, parada obligada en cualquier itinerario cervantino y uno de los lugares en los que mejor se habla el idioma que en las Américas llaman español.

 Y compruebo que sí, que aquí no ocurre como en otros lugares donde se prohíbe rotular en castellano, esa lengua prepotente que todo lo invade. Y me fijo en los comercios de la calle, corazón de la ciudad como les dije, itinerario de reyes y embajadores en tiempos de corte y anoto sus nombres para que aprendan otros. Para que vean que aquí no se prohíbe rotular en la lengua de santa Teresa y de Borges, de San Juan de la Cruz y de Octavio Paz, de Cela y de Vargas Llosa.

 Acera derecha según se va de la Plaza mayor (antigua Plaza del Mercado) hasta la Plaza Zorrilla (antes Puerta del Campo): Mango Man, Rolex Tous, Labora Kutxa, Tremiño, Parfois, Amichi, Vodafone, Zara, Movistar, Farmacia, Tremiño Óptico, Phone House, Women´s Secret, Yves Rocher France, Nanos, La Casa de las Carcasas, Cuchillería Blanco, Centro Comercial las Francesas, Lotería Apuestas del Estado, Festa, Bimba y Lola, General Óptica y Álvaro Moreno.

Acera izquierda siguiendo la misma dirección: Ambrosio Pérez Joyeros, The Non Nice Fun LTD. Company Cotton, Sunglass Hut Black Friday, Banco Caixa Geral, Cafetería Dollar´s Repostería, Farmacia Óptica Pastor, Intimissimi Italian Lingerie, Zara, Kiko Up Milano, Sfera, Pull & Bear, Cafetería Xocó, Market, Ulanka, L´Occitane en Provence, Orange, Popular, BBVA, Outtler Inside, Farmacia, Punt Roma, Sephora, Caja Bank, Oysho, Santander, Rituals, Uterqüe, Pablo Ochoa Shoes, Tremiño, Massimo Dutti.

 ¿Lo ven? Aquí a nadie se le prohíbe rotular en castellano y no como en otros sitios que tanto están dando la matraca con la identidad cultural. Aquí el castellano se defiende y se potencia, faltaría más, para algo somos una de los itinerarios que formamos el Camino de la Lengua junto con Alcalá de Henares, Ávila, Salamanca, Santo Domingo de Silos y San Millán de la Cogolla.

 Aquí en la ciudad de Delibes y de Zorrilla, cuna de la palabra literaria, enclave representativo en el desarrollo de la lengua nativa para cerca de 600 millones de personas, aquí, se cuida el idioma y se potencia su uso, como ustedes acaban de ver. Faltaría más.

 Voy a invitar al profesor D. José Antonio Fernández Cuesta, entusiasta difusor del castellano y uno de los mayores conocedores de la cultural española y le voy a invitar a conocer nuestra calle Santiago, para que vea como aquí defendemos lo que él hace con tanta pasión en Universidades e instituciones.

 El castellano, esa lengua invasora que como ven ha colonizado el corazón de la villa que fue corte y que a falta de alguna corrección (La casa de las Carcasas debería adoptar el rótulo más clarificador de Carcasas´s House; y Cuchillería Blanco el de White´s Knife, pero todo se andará) presume de ostentar y defender como nadie la “Lengua del Imperio”, el castellano, digo, encuentra por fin en el corazón de la villa de los Austrias, en la vieja ciudad del conde Ansúrez, la mano que sabe defenderla. Ya era hora.

 Otro día les llevaré por el Paseo de Zorrilla, por la calle Miguel Íscar, o por el Paseo Isabel la Católica, o por donde ustedes quieran, para seguir demostrando lo bien que nuestro comercio defiende un idioma que procura al estado el 15% del PIB, según dicen economistas que todo lo saben, para corroborar que no solo la historia española se refleja en el espejo de sus callejeros, como dice el escritor Márquez Reviriego, sino que también refleja la defensa del idioma, faltaría más.

 Y dejo el callejero que ya está bien y ustedes se cansan.

 Otro día les hablaré sobre lo bien que rotulamos en castellano el nombre de ciudades, incluidas las de le las autonomías bilingües, a pesar de que aún siguen quedando reductos de nuestra secular intolerancia, focos xenófobos que sigue hablando de La Coruña, Lérida, Gerona,…

 Fanáticos del idioma, sin duda, como esos que se quejan de que en algún Instituto Cervantes -entidad encargada de la defensa del español en otros países- se dan conferencias en inglés. Son sin duda unos retrógrados y unos intolerantes, defensores del nacionalismo más rancio.

 Lo dicho. Les invito a entrar en Parfois, o en Amicci, o en Women´Secret si lo prefieren, antes de tomar un café en Dollar´s, para seguir hablando de lo bien que defendemos el idioma. Faltaría más.



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