Encuentros en el Pimentel
(30/5/2009) El Palacio Pimentel de Valladolid ha pasado a la historia por ser el lugar de nacimiento del rey Felipe II, el monarca más poderoso de su tiempo y al que algunos han zancadilleado a lo largo de la historia valiéndose de artimañas espurias y partidistas. Ya saben: la leyenda negra. Usado en la actualidad como sede de la Diputación Provincial de Valladolid el edificio acoge periódicamente exposiciones diversas dirigidas, con gran profesionalidad, por la escultora Concha Gay. Entre los eventos que ha recogido el histórico edificio y su sala de exposiciones se hallan diversas ediciones del colectivo Bocallave, como ya les apunté en otro artículo, ese colectivo que preside con acierto y tesón José Luis Romero Vergara, quijote de causas culturales valientes y atrevidas.
El viernes pasado, 22 de mayo, el Grupo Musical F.M. fue el encargado de dar realce a la exposición pictórico-literaria que, dentro de la trilogía Bocallave, acogía el edificio. Y hasta allí encaminé mis pasos.
A más de intentar oír la música -tengo que confesar que con excesivo volumen para el tamaño del edificio y para mi gusto- tuve la suerte de hablar con Pilar Iglesias de la Torre, directora de Alkaid Ediciones y una mujer con enormes inquietudes culturales a las que intenta dar cauce en unos tiempos nada proclives para tales aventuras. No voy a hablarles de su amplio currículo en el campo de la medicina y de la literatura. Tampoco de los distintos premios que ha conseguido en su trayectoria poética. Me voy a referir solamente a la revista que dirige y que lleva el nombre de Alkaid. Se trata de una revista multimedia de distribución nacional que acaba de nacer; un proyecto enormemente atractivo al que le deseo toda clase de éxitos. De tirada nacional, como dije, y con una presentación exquisita gracias a la labor del diseñador gráfico Agustín García-Espina, Alkaid debería poder gozar de larga vida, tan larga como la riqueza cultural que cada número atesora en el interior de sus páginas. Acostumbrados a las revistas monotemáticas y especializadas cuyos contenidos son un coto cerrado para los doctores que las han diseñado e ininteligibles para doctores en otras disciplinas, la revista que dirige Pilar incluye artículos de los más diversos saberes y disciplinas; tratados, eso sí -que lo cortés no quita lo valiente- con el necesario y exigible rigor científico. De ello se encarga el profesor Rafael Pardo Almudí que templa con su batuta plumas tan prestigiosas como las de María Asunción Sánchez Justel o Mariano Sánchez Piñeiro que nos acercan a la historia de los primeros telescopios en España; o la de Alejandro del Valle González que hace lo propio con el mundo del vidrio; o la de Miguel Ángel Martín Mas todo un especialista en la historia de la España napoleónica; o la de Francisco José Segovia Ramos escritor polifacético y colaborador en distintas revistas literarias; o la de Stella Manaut que preside la “Asociación pintor Manaut” y que nos ofrece una semblanza de José Manaut Viglietti con bellísimas ilustraciones sobre cuadros del pintor de Lliria. Todo ello en el número 3 de la revista. ¿Hay quien dé más?
No quiero cansarles con más contenidos del citado número. Sólo decirles que una revista así era necesaria en una época, la nuestra, en la que la especialización nos está alejando de aquel ideal renacentista de la cultura holística, del hombre interesado por todas las formas del saber, el hombre enciclopédico que intentaba abarcar algo de la variada belleza del mundo exterior.
Alkaid, nombre con el que han bautizado a la revista, es también el nombre de una estrella de la constelación de la Osa Mayor. La primera del extremo de la lanza del Carro.
Alkaid nace por lo tanto con vocación de estrella. De iluminar el confuso mundo que nos ha tocado vivir y en el que tan difícil es separar el grano de la paja, el oro del oropel.
Había que intentarlo y Pilar lo ha hecho. Esperemos que tanto esfuerzo no caiga en saco roto.
Esperemos.