La Guareña: Motivos para la esperanza
(30/7/2010) La comarca que se divierte y rememora unida, permanece unida; podríamos decir parafraseando una sentencia que se hizo famosa hace ya algunos años. Últimamente la comarca zamorana de La Guareña lleva a cabo dos conmemoraciones que no se encontraban en su calendario festivo años atrás. Una es la celebración del día de la Mancomunidad en el que se reúnen, en uno de sus municipio y por rotación, los pueblos de la comarca para convivir y disfrutar; y otra la conmemoración de unos sucesos históricos que se dieron en su geografía durante la invasión napoleónica en los primeros años del siglo XIX: los combates de Cañizal y la Marcha Paralela.
Acabo de vivir el segundo de los eventos expuestos anteriormente: La III Recreación Histórica de La Marcha Paralela, con recreadores llegados de Villamor de los Escuderos, Castrillo de la Guareña, Fuentesaúco, Guarrate, Vallesa, El Olmo de la Guareña y Cañizal (por nombrar solamente a los de la comarca) y las sensaciones han sido esperanzadoras y positivas.
Hay unión y hay ganas de hacer cosas dentro del negro marco que aportan las cifras poblacionales y económicas. Municipios que contaban hace un siglo con cerca de 2000 habitantes han sufrido y sufren una sangría poblacional que los acerca a los 400. Y de economía ¿qué les voy a contar? La agricultura pronto será una de las asignaturas de la clase de arqueología en Atapuerca.
Casas palaciegas que gozaron de un esplendor secular, ven como les llega el derrumbe sin que ninguna administración haga nada por remediarlo. Ahí tienen la Casa Blasonada de Cañizal, declarada Bien de Interés Cultural hace casi veinte años, que se cae sin que nadie ponga (o pongamos) remedio alguno.
Pero hay razones para la esperanza. O eso quiero creer. El movimiento asociativo que llevan a cabo los distintos municipios permite mantener un atisbo de optimismo, una leve sospecha de que no todo está perdido. Asociaciones como Cativi (Caballistas de la Tierra del Vino) de Villamor de los Escuderos; o el Club Deportivo Ecuestre Virgen de La Antigua de Fuentesaúco; o la Asociación Cultural Pro-Cañizal, o las distintas asociaciones de mujeres de los municipios (como la Asociación Cultural de Mujeres la Asunción de Guarrate, por poner un ejemplo)…nos hacen pensar que puede haber una inflexión ante tanto abandono y maltrato. Y nos confirman en lo que ya sabíamos: que es necesario asociarse para lograr cosas, que nadie nos va a dar nada si vamos a lo nuestro y por libre…
Luis Miguel de Dios, periodista nacido en la Guareña, nos regaló “en romance” el pregón que abría la recreación histórica con la sabiduría vieja que atesoran los hombres y mujeres del sur de la provincia zamorana. Filósofos en un mundo que desaparece y que casi todos abandonan. Maestros en el arte del decir. Poetas de trigales. Artesanos del vino.
Y es que se nota. Se nota que la comarca estuvo en su momento -en los inicios de la enseñanza obligatoria- en la vanguardia de las actividades y resultados escolares (basta asomarse a la historia de la educación de finales del XIX y principios del XX); y que la persona que más ha influido en la educación en España, don Claudio Moyano, era natural de esta comarca (el ordenamiento legislativo que impulsó en 1856 tendría una vigencia de más de cien años). Se nota en el buen decir. En la cultura que aflora entre sus gentes a nada que se escarba.
La Guareña, una comarca olvidada en una provincia olvidada. Una geografía de pueblos que perdió con el desarrollismo su industria más valiosa: sus propios hijos. Caer en la cuenta de la propia situación, ser consciente del mal que nos asola, es el primer paso para salir del pozo. Pero hay que darlo. Y eso es lo que parece que está pasando. Por eso, pienso, hay razones para la esperanza…aunque, como diría uno de esos sabios de la Guareña, el tiempo dirá…