“El Antonio”

nebrija

(10/07/2022) El pasado dos de julio -hace tan solo ocho días- se cumplió el quinto centenario de la muerte de Antonio de Nebrija.

 En unos tiempos en los que abundan las efemérides de todo tipo -recuerden que en lo literario hemos conmemorado, entre otros, a Molière y al Ulises de James Joyce-, la fecha del V Centenario de la muerte de Nebrija ha pasado desapercibida, algo que no deberíamos perdonarnos quienes hablamos o escribimos en español.

 Porque el lebrijano fue el primero en muchas cosas: el primero en defender los derechos de autor, el primero en hacer del castellano la primera lengua vulgar sujeta a reglas, equiparándola con las lenguas clásicas, el primero en estudiar científicamente nuestro idioma, el primero en fin en introducir americanismos en el Vocabulario Español-Latino que publicó en 1495.

 La exposición inaugurada recientemente en el Archivo de Indias de Sevilla, “Nebrija en América. Y el océano se llenó de palabras”, demuestra el aporte de tantos navegantes que se atrevieron a cruzar el Mar Tenebroso llevando entre sus pertenecías el Arte de la lengua castellana.

 Hoy también navegamos mucho, pero lo hacemos por Internet, desde la seguridad de nuestro hogar y sin pasar por los peligros de mares tormentosos y vientos huracanados. Pero sí, navegamos a través de un mar de dígitos que nos permite conocer ciudades lejanas, paisajes desconocidos, hombres y mujeres importantes en el mundo de la cultura…

 Confieso que navego mucho por la Red en busca de las mejores conferencias sobre literatura, arte, música, filosofía… Y no sé por qué hay un sesgo que siempre acompaña mis decisiones, mis preferencias: la mayoría de las veces acabo eligiendo a conferenciantes sudamericanos.

 Su dominio del español es tan potente, su riqueza expresiva tan elevada, su vocabulario tan rico, que termino subyugado por sus ponencias, por sus exposiciones, por sus debates sobre cualquier tema.

 Uno de los puertos en los me gusta recalar en este navegar por Internet es la Casa de América, consorcio público con sede en el Palacio de Linares de Madrid y que tiene como principal objetivo favorecer el habla sobre temas americanos mediante la participación de miembros de ambos lados del atlántico.

 Y todo gracias a Nebrija, pienso mientras escucho a la periodista chilena Cecilia García-Huidobro y al escritor argentino Patricio Pron disertar sobre “Los diarios íntimos de José Donoso: a veinte años de su muerte”. Uno de esos platos fuertes que nos ofrece el menú de la Casa de América.

 Sí, gracias a Nebrija y a su Arte de la lengua castellana,  publicación que convirtió al castellano en la primera lengua vulgar en contar con gramática (se adelantó treinta y siete años a la primera gramática del italiano y cincuenta y ocho a la primera francesa)  y favoreció su difusión a ambos lados del atlántico, podemos usted y yo navegar de orilla a orilla y gozar oyendo hablar en español a García Márquez y a Delibes, a Vargas Llosa y a Javier Marías, a Jorge Luis Borges y a Francisco Umbral, a Andrés Neuman y a Javier Cercas, a Laura Restrepo y a Irene Vallejo…

 Gracias a Nebrija el Diccionario Panhispánico de dudas recibe más de treinta millones de consultas al año y el Diccionario Digital supera los mil millones (¡casi cien millones al mes!). Gracias a Nebrija el castellano se acerca a los seiscientos millones de hablantes y ocupa la segunda posición, tras el inglés, como idioma internacional.

 Por supuesto que hay dificultades para mantener la unidad del idioma, pero las dificultades siempre estuvieron unidas a los grandes proyectos.

“¿Qué diablos de servidumbre es esa que no te permite decir libremente lo que piensas?”, se preguntó Nebrija cuando la envidia quiso frenar su trabajo y llevarlo ante la Inquisición.

Y es que algunos no soportaron que de su Introductiones Latinae (Introducciones latinas) se vendieran más de mil ejemplares en unas semanas convirtiéndose en un best seller (libro más vedido) y gozando de tanta popularidad (siguió editándose hasta el siglo XIX) que los estudiantes le apodaron “El Antonio”.

 La obra de este lexicógrafo, traductor, escritor, historiador, cronista real y editor fue tan fecunda que a día de hoy entre el 80 y el 90% de su obra está por estudiar, en palabras de José María Maestre, presidente de la Sociedad Española de Estudios Latinos.

 Bienvenido sea este V Centenario para ponernos manos a la obra.



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