Ausentes de la historia

marinos

(20/08/2019) Leo con cierto asombro la siguiente noticia: “44.000 millas náuticas, tres océanos, cuatro continentes  y más de 400 días navegando…la hazaña de Juan Sebastián Elcano fue el inicio de la sociedad globalizada…”.

 Y mi asombro no se debe tanto al número de millas, océanos y continentes recorridos por el español en unos tiempos en los que los barcos se movían gracias al viento y a las corrientes marinas, sino a la atribución a un solo hombre, Elcano, del mérito de ser el primero en dar la vuelta al mundo, ¿qué pasó con los otros 17  hombres que llegaron en la nao Victoria al puerto de Sanlúcar de Barrameda?, ¿iban, acaso, de turistas?

 El problema es que no solo no se les nombra sino que ni siquiera hay la más mínima referencia en muchos artículos a su existencia. Y eso que bastaría con añadir algo así como “Elcano y sus hombres llegaron al puerto de Sanlúcar”. Pero nada.

 ¿Por qué cuando se han democratizado tantas cosas seguimos atribuyendo a un solo personaje la gesta de la circunvalación del orbe?

 Ahora que hay tanta controversia entre portugueses y españoles sobre si fue Magallanes o Elcano el que se llevó el gato al agua en tamaña odisea, ahora que tanto luchamos por recuperar la memoria histórica de aquel evento habrá que considerar dos aspectos que no admiten discusión:

1.- Magallanes no concluyó la vuelta al mundo. Murió en Mactán (isla del archipiélago de las filipinas) a manos de los indígenas.

2.- Elcano sí circunvaló el orbe. Pero no fue el único. Con él iban Francisco Albo, Miguel de Rodas, Juan de Acurio, Martín de Yudícibus, Hernando de Bustamante, Hans de Agan, Diego Gallego, Nicolás de Nápoles, Miguel Sánchez de Rodas, Francisco Rodríguez, Juan de Huelva,  Antón Hernández Colmenero, Juan de Arratia, Juan de Santander, Vasco Gómez Gallego, Juan de Zubileta y Antonio Pigafetta.

 Es de justicia histórica reconocer el esfuerzo de todos los que llegaron, de todos (sin olvidar por supuesto a quienes embarcaron y no lograron sobrevivir). No hacerlo sería tan injusto como afirmar que Aldrin no fue uno de los tres hombres en llegar a la Luna o que los Pinzones y quienes acompañaron a Colón en las tres carabelas no tuvieron nada que ver con el descubrimiento de América.

 Ya sé que tendemos a clasificar y a reducir la realidad de un mundo que nos resulta inabarcable, pero es un deber de memoria y sobre todo de justicia reconocer el mérito de tanto secundario que ha contribuido con su papel en la historia a que la película del hombre se lleve a cabo.

 La reciente publicación en el Boletín Oficial del estado de los 4.427 españoles que murieron en los campos de Mauthausen y Gusen evidencia que no es cuestión de número sino de memoria, de voluntad, de reconocer lo hechos a todos aquellos que los lograron y no solo a quienes estuvieron al frente de los mismos.

 Salieron doscientos treinta y nueve y volvieron dieciocho. Dieciocho hombres famélicos y desfallecientes (para sobrevivir tuvieron que alimentarse de ratas y del cuero de las escotas) que contribuyeron, desde los distintos oficios que desempeñaron durante la travesía, a tamaña gesta.

 ¿Por qué no hacer un memorial con todos los que embarcaron en Sevilla para circunvalar el orbe ahora que se cumplen quinientos años del evento? Son solo doscientos treinta y nueve,  nada que ver con los más de cincuenta y ocho mil americanos muertos o desaparecidos cuyos nombres figuran en el Memorial a los Veteranos de Vietnam en Washington D.C.

 Los hombres que desembarcaron en Sevilla “en camisa y descalzos, con cirios en las manos y en procesión”, tras recorrer “toda la redondez del mundo” como relató Elcano al Emperador, se dirigieron a la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria y a la capilla de la Virgen de la Antigua “como habíamos prometido hacer en días de angustia”.

 Antonio Pigafetta, uno de aquellos embarcados, que llegaron a puerto escribió una Relación del primer viaje alrededor del mundo en la que afirma: “Desde que habíamos partido de la bahía de San Lúcar hasta que regresamos a ella recorrimos, según nuestra cuenta, más de catorce mil cuatrocientas sesenta leguas, y dimos la vuelta al mundo entero”.

  Llegaron y lo contaron. En septiembre del 2022 hará quinientos años de aquel desembarco. Buen momento para hacer el “Memorial de los Héroes que Circunvalaron el Orbe”. Hay tiempo.



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