Museos del ayer en el mundo rural

(5/5/2007) Son los otros Museos. Paridos a golpe de nostalgia y empeño. La punta del iceberg de la cultura rural que se resiste a morir, a sumergirse, a diluirse en culturas foráneas o en subculturas, o ..en vete a saber qué.

Museo del vino, museo del campo, museo del panadero …

Museos de oficios en la Castilla ancha, con olores a pana, a boina y a secano.

Son los otros Museos. O quizás los mismos. Los de siempre..¡el de siempre!.

Brotes espontáneos del saber y de la vida. De lo auténtico. Con raíces profundas. Arraigados. Alertas a los vaivenes de la historia que, antes o después, han de venir. Ornamentos sagrados en el templo de la vida. Que no esperan nada. Que no piden nada. Si acaso, la mano nervuda , callosa y amiga que de vez en cuando, que de mucho en mucho, les quite el polvo del olvido.Ese polvo que los ennoblece y los adorna. Ese polvo aúreo que los santifica y redime.

Museos para la reflexión y el silencio. Museos para la vuelta y el retorno de los modernos nómadas, de tantos desertores del terrón y del torrezno.

Son los otros Museos.

Los que no esperan nada, ni piden nada. Santuarios del agro entre goteras y derrumbes. Conocedores de su futuro imposible. Ellos que son pasado..¿pasado?. Carne de mercadillo o de almoneda..

Ese será su sacrificio. Su muerte hacia la vida. Su eucaristía.

Y lo aceptan sin pena. Como algo irremediable. Como algo necesario. Como el grano de trigo que se acuesta en la muerte para nacer espiga.

¡Y ellos saben tanto del trigo y de la espiga!

Son los otros Museos. Museos de Castilla y León. De cuando Castilla y León era solo campo.

Campo. Como ahora, a pesar de los maquillajes y los afeites. Museos de pueblos que no esperan nada. Que no piden nada…

Sólo estar. Permanecer. Luchar a diario contra el olvido, desde el olvido y el silencio.

Si algún día te acercas a conocer sus grietas, sus herrumbres, cual heridas de guerra que ha suturado el tiempo…No te compadezcas…Comprobarás que al acercarte a esos Museos del Ayer te has acercado a tí mismo. A tus engendros. A la prehistoria de la especie que fuiste.



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